Somos en el espacio un suspiro
de la eternidad de una mirada,
que se fue como río
en el valle de la vida amada.
Somos el sonido de los latidos,
que retumban en el pecho,
levantando sueños abatidos,
sanando el corazón maltrecho.
Somos las manchas de la tinta
que el escritor ha secado
y alguien más con lágrimas pinta
la verdad de un pecado.
Somos una gota de agua en la lluvia,
que fría, baja del cielo
y despeja una idea turbia,
llevándonos a un nuevo anhelo.
Somos el sueño del romántico
que busca cambiar el mundo,
cambiando el sentido apático,
llevando a la gente por un nuevo rumbo.
Somos todas las palabras
que conforman los poemas
y todas las demás que hablas,
deshaciendo todos los esquemas.