Me declaro culpable de
enfebrecer las manías
beber mis cantos ofuscados
incendiar el pecado literal
que no alcanzo con las pestañas
de caer en los rincones
y privar al mundo de sus piernas ligeras
Me declaro culpable de
enardecer las jaulas fuleras
anochecer como balcón sin música
desdibujar el peso de mi sudor
golpear arrastrar enterrar
las treguas
Y más aún
me condeno
a sumergir mi sien debajo del mar.