Bien, escribiré lo que se me vaya ocurriendo:
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dragones... volando,
tal vez de fuego,
hadas,
castillos,
princesas,
sueños...
¡Naaah!, demasiado típico,
¿en qué pienso?,
¿estoy deprimido?
¿Qué estoy haciendo?
No lo sé.
Hay algo en mi vida que no tiene sentido,
me entristece,
a veces me abate realmente cuando me siento solo,
me ahoga constantemente y no sé por qué...
¿Qué será lo que me odia tanto,
lo que no puede verme vivir?
La alegría me dura horas, nada más;
algo debe cambiar...
¿Debería ser yo?, ¿por qué,
si estoy así porque el mundo me parece todo igual?
¿Qué tiene de interesante la vida?,
¿por qué no pensar un poco en la muerte,
en irse, a ninguna parte,
sin dejar nada
y dejándote tú?
¡Naah!, tampoco...
Es demasiado macabro para mí.
Estoy escribiendo un soliloquio absurdo sin venir a cuento,
sin sentido alguno pues así me siento;
ése es mi contexto,
ésa es mi única certeza:
me siento absurdo,
no solo, absurdo
como ablar sin ache,
como describir la tristeza sin poner la alegría en ella,
porque todo se pierde y porque todo pasa,
menos yo,
que sigo aquí,
escribiendo
algo absurdo
que se deja algo de mí...