aby1982

Hasta que duela la panza

 

 

 

Una fuerte carcajada escuché a lo lejos,

mire alrededor, buscaba de dónde venía,

a unos metros, en una mesa él feliz se reía

pequeño niño, que de su alegrías me llegaron reflejos.

 

Se reía fuerte, a carcajadas,

que lo vieran no  le preocupaba,

entre una y otra risa, aire tomaba,

mientras  yo lo miraba ya emocionada.

 

Su risa fluía sin parar,

a su madre no dejaba de mirar,

y sus ojos brillaban, transparentes,

ojos de niño, de maldad inocente.

 

Con una mano, su boca tapaba,

y con la otra se agarraba la panza,

detener su risa el intentaba,

pero su alegría era ya una danza.

 

Mientras lo veía,

la risa en mi también nacía,

recordé aquellos días de infancia,

cuando me reía por alguna vagancia.

 

Recordé como de niño es tan fácil reír,

no entiendo porque eso al crecer tiende a morir,

si reír es tan liberador y divertido

¿Cómo es que carcajadas dejamos al olvido?.

 

No  averigüé ese tarde, cual fue la causa,

por la que aquel niño feliz carcajeaba,

tan solo sé que en mi algo fantástico  pasaba,

pues mi risa en el lugar también se escuchaba

y recordé lo divertido que es reir... hasta que duele la panza.