Tengo una boca huérfana de besos
que alberga a una lengua viperina,
traviesa y casquivana, en esa mina
ella adelanta o camina en retroceso.
Se enrosca, se revuelve y es por eso
que protesta y que reclama la autoría
de ser la dueña de los besos, esa vía
que perfilando van cercos traviesos.
Ella emite una palabra y me acaricia
suavemente como alegre mariposa
revoloteando en la cavidad carnosa
a menudo humeante de impudicia.
Moldeada es en arcilla con pericia
con pintura empalagosa barnizada
juguetona y de almibar embriagada
mi lengua es revoltosa, una delicia.
Vocero por do se propagan las ideas,
del cerebro eres el canal espiritual,
eres primorosa, hermosa, eres carnal,
seas elíptica, redonda o como seas.
Eres tren que ansioso espera la señal
verde que me indique tu aquiescencia
para a la puerta del túnel me acercar
y saciarme del amor con tu presencia.
Boca de labios rojos que provocas
ansiedades, impudicias y temblores,
del corazón codicias. Los amores
cautos, ocultos están entre sus rocas.