rodulfogonzalez

SONETILLO LXXXI

 

A Almendra Victoria



De almendra probé un helado

De sabor tan exquisito

Que se me abrió el apetito

Y me sentí afortunado.

 

Me creí privilegiado

Porque se cumplió lo escrito

En ese libro bendito

Que la vida nos ha dado

 

Porque gusté ese manjar

Que ni los dioses tuvieron

Ni las divas  paladearon.

 

¡Qué grandioso es saborear

Lo que muchos no pudieron

Ni jamás se imaginaron!