Esto, no es novedad. Duele. Y se cae al suelo. Lo resucitamos en días de sol para dejarlo en coma, junto al vino que guardamos en la nevera.
Para qué. Si te digo y me callo. A espesura de cualquier tango sin complicidad para bailar con otra lengua. Sobre la quebrada de un milagro. Caminar sobre el agua nos sumerge de a poco, en su profecía sin tregua para recordarnos. Juntos sin tener una corbata atada a los nudillos. Haciendo del brandy, un sortilegio para brindar por la paz de vuelos benditos. Sobre la almohada.
Y no ha sido secreto. Que arrimar. Rimar tu miembro en mis manos es el mejor verso que he tenido. De mi boca al humo rojo. Cascada blanca. Serpiente que desciende en
hipérbaton
dientes que se guardan
se abren
morderte.
No me importa.Nunca me ha importado. Dios me hizo con tristeza de pájaro, semilla de mar y enfermedad de Imperio Romano.
Todo te lo doy. Pero se hace amarillo el fruto.Y la madurez prematura, se hace legado. Como un siglo para vivirlo narrando. En ausencia de pasado.
Ya no te hablo. Me arrimo en el umbral. Para fumar tu rostro y disfrutarlo. En soliloquio de dedos. Haciendo de tu imagen, un recuerdo que se come. Momentos en solitario.
Se supone que esto es tristeza. Mira mi nostalgia vagando por toda la casa.
No hay hogar que se haga de cuartos separados.