Si pudieras verme por dentro,
de seguro te verías pintada en las paredes de mi alma,
adherida, permanente a mis principios
y a la raíz de mis instintos,
si pudieras verme por dentro,
te sorprenderías verte como reina,
infinita en mi universo
y tus ojos convertidos en estrellas.
Si me exploraras en silencio,
descubrirías el canto como sonata del cisne,
que de la nada aparece en mi lago transparente
y te incita a reirte,
si me exploraras de repente, sin esperar nada,
te darías cuenta que llenas mi mente e impulsas mis corazonadas.
Si pudieras verme por dentro del corazón
te sentirías comprometida con los lazos de mis venas,
en alma, cuerpo, espacio y tiempo, ahí predominas llenando de mar mis desiertos,
si pudieras verme por dentro,
notarías que eres constante en mis sueños,
en la paz de mis nostalgias,
en el manantial donde te tengo.
¡Oh! Dádiva del romance,
tinta de Cervantes,
pincel que le robé a Dalí,
si pudieras verme por dentro,
de seguro te verías callada, suntuosa, bella, toda en mí,
escribiendo mis epopeyas,
y mis huellas en tu arena,
¡Oh! Mi gloria,
si pudieras verme por dentro,
tan sólo una vez,
estoy seguro que cerrarías mi puerta
y compartirías mi sol de atardecer…
Ricardo Felipe
Un soñador sin mucha estirpe