Y me vuelvo a posar en esta hora
casi muerta de la noche,
a pensar como apaciguar
la marea alta de vacío
que se encuentra en mí.
Sencillo será inventar un tratado
para calmar la sed que provocan los recuerdos.
Un tratado que seguro el tiempo violara,
sin dejarme olvidar.
En el tocare los sucesos a pasar,
como responder a las noches en vela,
como desatar los nudos de la garganta.
Soltar o encerrar esas lagrimas presas.
Un tratado oculto a la luna
para evitar que las cosas comunes se dañen
para visitar el manicomio de mis vidas
y salir librado solo con 5 heridas.
Un tratado barato
para reírme un rato.
Un trato caro
para regalarme un faro.
Este será mí tratado
un tratado melancólico
y estúpido,
en una hoja
donde solo faltara tu firma.