Vida
Vida de nuestras vidas
Siendo cedido este bello talento
Que en mi sangre, pudiere ser origen
Este don divino de engendrar mi prole, los hijos tiernos
Divino el dios mío, bendito el Dios origen y génesis
Del soplo de vida, poema perfume a nostalgias
Forjador el destino, puso en mí
La feliz esperanza, saber que he de trascender en tus manos
Estas letras, por un todo por la efímera muerte
No serán vencidas.
Breve la huella en el tiempo, se ensancha con los amores
Amar la vida, con sus propios designios
Yo ame tenerte en mis brazos, pequeño hasta diminuto
Oír que tus latidos junto a mi pecho fueron alabanza
Entonando suspiros, tenerte hijo mío en mi pecho
Endulzando en vida eterna, el origen de los sueños
Este milagro natural, no como ideal
Siendo tu niño amado primogénito mi príncipe
Siendo tu, mi niña amada mi princesa,
Mi cielo se ensalza
Mi tierra es bendecida
Pues con la venida de cada hijo
Maduran nuestras promesas
Efímeras o de amor eternas.
Prueba de fuego la crianza de un niño y talento
Cobarde es aquel que pudiendo no obsequia hijos
Puesto que olvidó, que para eso solo ha sido puesto en
La Tierra infinita.
Darío Ernesto Muñoz Sosa