I
El cielo se vistió de alegría,
el sol brilló en todo su esplendor,
las canoras aves hicieron tal algarabía
que a ello yo le he llamado amor.
Por que sólo Dios tan azul lo pintaría
y cosa bellas me brindan su color,
sea tal vez esto lo que le pedía
para salir del oscuro y triste dolor.
Hoy ya todo es tan diferente
que nada me causa apatía,
tengo de esperanzas un torrente,
por cuanto veo este maravilloso día.
Gracias señor por alejarme de la gente
que me hace daño con su falsía.
II
Yo jamás estaré solo, tengo tu compañía
por que he sentido tu maravillosa presencia,
tengo la certeza de tu existencia
y me animaste cuando nadie lo hacía.
Escuché tu dulce voz que me decía
¡levántate!, ¡continúa!, tu penitencia
terminó, creí que en mi demencia
todo aquello inconcebible ocurría.
Hasta que abrí la ventana, vi el cielo
y el sol que brillaba con su esplendor,
compendí que no había más flagelo,
que encontraría el verdadero amor.
Dios con su misericordia quitó el velo
de agonía y tiene para mi, alguien mejor.