No intento sobornar el olvido
ni buscar mi libertad en tu memoria
si es tan poco el recuerdo donde existo
y es tanta la duda que me agobia.
Perecer y no parecer un mal recuerdo
ser y dejar de ser
el pariente cercano de un triste final.
Volver sin regresar del todo al todo
retirarme a pasos cortos
y correr cuando deba descansar.
Emparentar con la ausencia
y bromear con mi realidad.
Terminar con esa sonrisa
con la que debimos empezar.
Extrañarnos
tan extraños y de extraña manera.
Yo, a ojos cerrados
tú, a ventanas abiertas.