Anoche, cuando la luna apago el sol y encendió las estrellas, sentí frio.
Un frio profundo en las entrañas que me causo dolor.
En ese momento lo único que quise era un abrazo.
Me arrope con mi manta e indefensa como una criatura, me largué a llorar.
Al cabo de un instante detuve mis lágrimas y seria me quede.
El cansancio y mis húmedos ojos formaron tu imagen frente a mí observándome.
Creí que soñaba o al menos así lo esperaba.
Tu presencia, tu sonrisa son cosas que me faltan.
A veces por mi mente circulan los recuerdos como una vieja película.
Una película con fin inesperado pero razonable a la vez.
Todos sabíamos lo que iba a suceder pero nadie estaba dispuesto a reconocerlo.
Miedo era lo que sentíamos.
Esa noche tuve una larga charla contigo.
Hasta que cerré mis ojos y me dormí.
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