De tantas horas conmigo
reclamándole al corazón
el estar contigo,
de tanto valor desperdigado
por tantas promesas de
haber prometido,
de tantas veces que por irte
a buscar me quedé en el umbral,
de tanto silencio desprotegido,
¡quiero irme, dónde nadie me juzgue,
dónde nadie me diga qué hago mal,
dónde no más que el amor!
Ya no quiero el disfraz de
andar para encontrarte,
ni la fantasía de salvarte desde
el adentro de mi alma,
ya no quiero la calma de negar
lo que por años no debí callar,
ni la esencia de quien busca ser
comprendido, ni el tropiezo,
que es mi única forma de censurarme,
yo quiero tu nombre, y con él,
el dilema con que cada mañana
el destino despierta,
el tal vez de cada alerta,
el quizá del sin saber que depara,
yo quiero historias incompletas,
finales que no han sido escritos,
el cariño que se revela al intentar,
la valentía de salir corriendo
por mitad de las calles,
yo quiero esperar para poder escapar,
escapar por un callejón sin salida,
salir con cada poesía,
poesiar toda vez que me
atreva a vivir sin miedos,
y simplemente en el lecho,
piense en ti.
Te imagino tras la ventana,
desnuda,
tus pensamientos incesantes
desesperan como brotando
de tus ojos, sujetas tus manos
como acariciando,
como si toda tu libertad dependiera del cielo,
como quien busca un consuelo
y un suspiro rompe en acompasado ritual,
y entonces comprendo,
mi mirada se estremece,
mi mirada profunda me mira y sonríe,
es que la voz es el aire,
y el aire es la inocencia,
y mi aliento se quiebra cuando
el tiempo es algún día,
y la distancia es un paso incierto,
y tu nombre es una puerta
que espera paciente
a que mi anhelo seas TÚ.
Quiero tu nombre,
con esos abrazos que prevalecen,
con ese amor que es constante y para siempre,
con el color de tus ojos,
¡quiero estar contigo,
irme y tú conmigo,
donde no más que el amor!
T de S
MRGC
Namaste