Una vida es muy poco como para pasar
perdiendo tiempo esperando a la felicidad
es absurdo pensar que va a llegar sola
no es así se la construye a cada hora.
Una sonrisa nunca está demás, además
sonriendo la alegría se puede contagiar
y ayudar a borrar la cruda ignominia
la malicia y la envidia, que separa familias.
Ya no quiero callar lo que pienso nunca más
ya no quiero continuar buscando estabilidad
si es genial una vida con altos y bajos
disfrutando entre lujos e incluso en harapos.
Ya no quiero pensar en errores que cometí
solo quiero creer que sí se puede ser feliz
aun cuando la vida golpee y me frene
tengo que continuar con actitud rebelde.