No me cansaría jamás de decirte al oído, ¡te amo vida mía!
Solo dame la oportunidad de aliviar las penas de tu alma.
Aquí está mi corazón, puedes hacer lo que quieras con él.
Si en algo me equivoqué, no fue mi intención
causarte dolor, perdóname por hacerte
llorar, perdóname por dañar
tus sentimientos y tu
corazón.
No me cansaría nunca decirte al oído, ¡te adoro mi amor!
dame la oportunidad de curar la herida de tu corazón.
Déjame recuperar, tu ternura, tu calor, tu fé, tu amor.
Recuerda que el tiempo pasa y nunca más regresa.
No esperes mañana para decirme, ¡te amo!
No dejes morir nuestro amor, por mi
tonto proceder, me equivoqué
tropecé y caí, dañando tu
corazón.
/Mallito/
27/02/2014