Al parecer, el tiempo pasó,
silencioso y muy cauto se fue,
tan lento, tan indefenso
que apenas lo noté;
y ahora...
¿Y ahora qué hago? me pregunto.
Me pregunto:
¿Qué hicimos tan mal?
¿En qué fallamos?
Una y mil veces
esas pálidas preguntas
rondan mis miedos,
atormentan mis sueños.
Será que... ¿Hicimos lo correcto?
o tal vez... Solo fuimos un error.
Un error que me lleva escribir,
a inventar respuestas,
a crear excusas
en fríos versos como estos:
¡Tragedia!, eso fuimos
una tragedia mortal
un castigo divino
un privilegio maldito.
-x-
Cada palabra se baña en sangre,
cada frase se envuelve en llanto,
cada sueño muere de realidad
y así todo lo querido se siente perdido.
-x-
Vuelve noche otra vez,
con nuevos sueños y un revés
para dibujar su magia
en un pliego de nostalgia.
-x-
En fin,
escribo esto porque te sueño,
cada vez... más lejana;
en tanto la realidad golpea duro
al saber que dos almas amantes
se alejan tan calladas, tan dolidas
hacia un fin, que hace mucho
narró la nostalgia.