En Roma, fueron también de uso diario
sobrenombres , de origen agropecuario.
El que nunca mal quedaba,
FABIUOS, de fava: haba.
El que su recuerdo deja,
LENTULUS, de lens: lenteja.
El que dijo: -Yo me lanzo,
CICERÓN, de cicer: garbanzo.
El que se creyó la ley,
BABULENS, de bos: buey.