He sembrado serpientes para Ella. Dentro de la paz de quien no existió. Para amar, adoptamos la forma del silencio, hasta que el grito de quien somos, encuentra la frontera del miedo.
Te persigo. En la calle, un lirio duerme. La noche se encuentra dentro de mi vientre.
La noche era yo. Adopté su enfermedad como quimera. Admiré el crimen que sostenía en su mano.
Que la nada se haga un círculo, de todos los que pueden mirar su retrato sin la tregua del Ello y la ruleta.
Debes. Imagina. Recuerda. Que yo soy tu amo.
Te hice este juego. Yo, hago noche en la fortuna del duermevela
Acoge lo que soy cuando el doliente me libera.
Bésame. Espiral de fuego deja en mi lengua.
Tócame. Crea la marea dentro de mi ombligo. Ola salvaje sin potestad de oxígeno.
Porque la tarde se hace certeza. Y yo era la noche. Una noche que se hizo país en la memoria
Para habitarla con la mujer de otro. De otro que eras tú cuando giraste el círculo
Y soñaste en un lirio. En el callejón del olvido.
He sembrado serpientes para Ella. Que el espejo nos mire desde su acertijo de piedra.