Me preguntaba…
¿Cómo poner en palabras lo que siento si no existe una emoción para explicarlo?
¿Cómo pretender que me entiendan si sólo hablan mis restos?
¿Cómo desear retroceder a la vida si el recorrido fue un lamento?
¿Volver y repetir? ¿Sola? ¿Sin afectos?
No… ¡O sí! Porque aquí me acaban de prometer una vida más verídica.
Pero a cambio debo purificar mis condenas de juventud.