María

Migajas

 

La noche agrandada de relámpagos me desvela con estruendos escandalosos. Te veo dormir sereno ¿No escuhás? Me pregunto si sucederá lo mismo cuando te hablo y respondés con monosílabos. Los truenos suenan cada vez más fuerte. Son como mis alaridos vacíos. Imposible no asociar con tus silencios. Ignorada, me consuelo con poco. Estar a tu lado me basta. Pero  mis gritos de auxilio no tienen eco. Confirmado, no me escuchás.  Qué grafismo confirma esta tormenta ¿Y yo? Qué triste es mi rol. Porque si llueve  me quedo. Si diluvia permanezco. Si caen piedras  te cubro...  Y a cambio de mis gestos sólo tu resto...