¿Qué prisa tienes por crecer chiquilla,
tan sólo cuatro meses atrás tan diminuta,
jarrón de porcelana de manchas impoluta
que a todos nos fascina y maravilla?
Eres tan dulce y graciosísima, pequeña,
que a tus padres alagaste con su sueño,
de tus abuelos sin dudar que eres la dueña
y para todos un bebé lindo y risueño.
Tiempo tienes para andar, larga es la senda.
No te apresures ni te aflijas que el crecer
pausadamente llegará, no te sorprenda.
Que para que la rosa comience a florecer
primero hay que abonarla tras la siembra
para ganar toda la vitalidad que se pretenda