El día estaba soleado, el cielo azul solo era interrumpido por blancas nubes más allá de las montañas.
El parque estaba lleno de niños jugando al ritmo de una suave brisa estival, que en su vuelo mecía las flores y hojas del parque.
El hombre, cruzó mirando de reojo y con desconfiaza a las personas. Era alto, canoso y esmirriado. Vestía una vieja ropa formal. Se escondía detrás de sus gafas y apretaba contra su cuerpo un pequeño paquete.
Subió raudo las desgastadas escalas de su edificio y entró a su departamento.
Por todos lados habían libros e instrumentos de física y meteorología. Él se sentó y abrió el paquete: era un anemoscopio que intentaba hacer calzar en un aparato mayor.
Absorto en su trabajo, observaba por todos lados su invento, mientras que por la ventana se colaba la luz de la tarde y se escuchaban las risas de los niños del parque.
Más allá de las montañas se veían las blancas nubes que interrumpían el cielo azul.
La radio transmitía \'La ciencia del día\' de la BBC y alertaba sobre el cambio climático global.