Una mantilla nebulosa
cubría las azoteas,
mi mirada vagaba haraposa
perdida , inalterable.
En las correntadas callejeras
islotes de podredumbres navegan,
un pajarillo aletea y torpea
igual que mi alma zigzaguea.
Dios me pide que eleve mis ojos
pero el sol pluvioso da la espalda
igual que mi amor desangra su mirada;
en la borrachera del vendaval todo naufraga.
Todo es inútil ante la tormenta
¿Cómo inútil sería tanto amarte?
Húmedos ecos en bocanadas
se arremolinan como fantasmas
entre los lamentos de la tarde torrentera.
Pronto la noche ocultará
grises , ríos, ecos , aleteos...
con su fachada oscura y abovedada
y luego entrará en mi alcoba arropando
¿Arropará soledad ,desamor ,
delirios y melancolías..otra vez?.