Deja...
Deja que traspase tu puerta invisible,
que penetre tus ojos con mi mirada libre,
que mi voz acune tu alma de niña
y regalen mis manos sus suaves caricias...
Deja que nos venzan las horas de la noche,
y negándonos el sueño, gocemos del ensueño,
renuncia al descanso, justo, de tu cuerpo
y hagamos de la vida y el amor, derroches...
Que mis besos atajes en el arco de tu boca
y mi pasión contestes encendiéndote toda,
deja que un momento le ganemos al miedo...
y yo sepa que me amas y tú sepas que te quiero.