ARCÁNGEL

EL OBJETO DE MI DESEO

 

 

 

Se sirvió de su encanto y belleza

para saciar la sed de afecto que me imperó,

y recordó con sus palabras ligeras,

la abundancia y dulzura del agua cristalina.

 

Mintió, se confundió o sólo se perdió

en el camino con todas sus fantasías,

y consciente de la realidad que le aqueja

sus palabras se escucharon menos que huecas.

 

El objeto de mi deseo se volvió arena,

blanca como la muerte y fría, sin vida,

como llorona que vaga entre los rincones,

como fantasma que se presenta a la puerta.

 

Escuchaba un silbido de esperanza

no hace mucho, creo que la navidad pasada;

será que me volví sordo y más que ciego

o sólo soplé las cenizas de ese infierno.

 

El objeto de mi deseo ya no es más,

ahora sólo me queda la tranquilidad

y una certeza solida y fuerte como la fe

de que realmente aprendí a amar.



Baltazar Itiel