Un caballo ¡Qué cinismo!
después de salir desbocado
se quedó parado
al borde al abismo.
su ímpetu mismo
por huir de la pradera
con su rara ceguera
se baña con llanto
y a la orilla del barranco
sufre su pena.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Bajo el Número 55620214
Maracaibo, Venezuela