En los mondos vestigios del colchón
aún tu fragancia en sus fibras fabrica
tinta de nuestros alientos pintando el olvido...
Hoy, una pluma de tu volar en mi habitación
garabatea en los segundos un adiós de húmedo
humor, en silente soledad, invierno... y estío...
La inédita distancia, tan llena de sal
vacía un orificio de penas eclécticas
en telarañas encadenando los roídos
pulsares de lo que fue en su año...
Paz... el músculo siente su cesar, en un ritmo
liberado de arritmias en lápidas de dimensión atroz...
Te has ido y con tu “no estar”, me encuentro estando,
una revelación que, sin duda, estoy disfrutando...
A veces dos son multitud... en su momento...
Sólo se requieren maletas a lo que su alma espera...
Sin complicar existencias, el espacio sirve para crear...
Sola... mente, hoy en mi encuentro con mi Yo,
disfruto la complicidad del aroma que de párvula
me identificaba y en los laberintos del ser me
arrojaba, oh, a su antojo y pesar... a ser Yo...
Es todo mi libreto particular, que sólo escribo
cuando conmigo estoy... Y nadie más...
Copyright© 2014 Rocío Vega-Ponce