Poema para María Hodunok
Madre instintiva, mis sueños emigran,
letargo de las piedras.
Hoy he vuelto a un rio que emana vida,
perenne inalterable como tu,reina.
Cristalina de los orígenes, saciando mi sed de los olvidados abrazos.
Yo he sentido, tu consejo,
tu voz entre las historias encandilan,
tu palabra de la dulce vida bella,
Extraño la melodía, que de tu consejo fluye.
¡Oh María Hodunok, la paz de tus versos!
Vuelve a mí, como lluvias de enero,
poco a poco, las hojas se pintan de ocre
Apenas cuelgan, lo racimos maduros
Mientras las torcazas palomas, preparan sus nidos
Otoño a las puertas, vida que continua.
Animo y tristeza
Cosas de la vida, tiempo de nacer, tiempo al tiempo.
Amor de nostalgias, rosa en la escarcha,
Aun tu sabia y sangre hiberna,
¡Oh María, tierna María, no te alejes de mi alma!
Como se alejan los distantes buques, diminutos en silencio.
Acuoso piélago que ahoga,
sin tu ancla,
sin tu palabra,tierna de dulce pastora.
Darío Ernesto Muñoz Sosa