En ciertos rincones me acobija tu aire,
lo añoro, se me escurre, se agiganta.
se hace pasado, recorre hipocondríaco,
los discursos que subrayan instantes.
Así extraño tu corporeidad, tus sutiles
sanciones que parecían mimos
y se imponían en mi corazón de mujer añeja
tuya, renuente a parir lo que se ha llevado
algún presente y añora la memoria.
Hoy siento que te debo alguna ocasión,
para llorar a cielo seco todo el amor,
para hacerlo volátil y trepar por mi,
veinte años y rasurar este sabor.
Hoy quisiera recuperar el sí y dejar los miedos,
a cuesta de algún devenir, beber el néctar
que puede levantar cenizas o sacudir revoques
para vivir un repiqueteo de juventud.