PARA HACER POESIA
para hacer poesía ,hay que estar muy locos
hace falta mucho más que escribir bonito
mucho más que adornar frases.
Hay que tener guáramos,
hay que recorrer la carretera,
hay que saber de los laureles y las caídas;
de los abrazos y los putazos.
Hay que rozarse con el miedo,
amar el tiempo de los intentos;
amar la arcilla que va en las manos
y parir.
Sublimar instintos;
masticar la angustia;
llevar noches profundas en la pupila;
cargar con el peso de la experiencia en el lomo
y continuar.
Hacen falta más
que palabras perfumadas,
más que frases elaboradas
o grandilocuencia de artificio.
Hay que mojarse, quemarse, enlodarse.
Hay que convertirse en el verso mismo
y ser congruente hasta las últimas consecuencias.
Sentir las mordidas de la mandíbula metálica de las crudas realidades.
Sufrir caídas estrepitosas;
estrellar los sueños contra el muro de la realidad
frente a cualquier crítico de pacotilla.
Chocar,
reventarse,
y reventar
y entonces
y solo entonces
podríamos
empezar a pensar
en ser dignos de ser escuchados
leídos y releídos.
¡Antes no!
No inflarse de falsos halagos,
No inflamar el ego
¡Parir!
como Sócrates decía,
con dolores de parto,
no hay otro modo;
con desvelo y angustia;
con tesón y esmero;
con paciencia de artesano.
A punta de talento,
con limitaciones y riqueza,
pase lo que pase,
a ultranza de todo,
a pesar de todo
y de todos.
Seguir,
Forjar,
Parir,
Y empezar
a escribir con peso en la pluma,
con sangre en las manos.
con oro en las manos cualquiera escribe “poesía”.
Con el vientre lleno y la sed saciada
cualquiera escribe “poesía”
bajo la comodidad de una vida segura,
cualquiera elabora escritos artificiosamente perfumados
y hasta rimados,
sin saber del sudor
y de las lágrimas;
de las renuncias
y las perdidas;
sin saber
de la crítica corrosiva,
destructiva,
quemante.
Sin saber
del fragor de la batalla de la creación auténtica.
Cualquiera escribe cualquier cosa
pero POESÍA es otra cosa.
Es consciencia de humanidad,
forjada a sangre y fuego;
a risa y llanto,
escuchando las percepciones del alma,
poniéndole al corazón un marcapasos de sentimientos.
Cualquiera que no entiende esto
escribe cualquier cosa
y luego se dice “poeta”
y sale a la calle
con mirada de “elegido”
“me gusta tu letra, aunque no sepas escribir”
en fin…
hay que ser congruente
y eso cuesta mucho,
mucha vida, mucha muerte.
Hay que acudir a diario, al funeral del propio ego
y enterrarlo un poco cada vez,
hasta que solo quede el alma desnuda
y entonces y solo entonces
podríamos considerar la posibilidad
de ser leídos,
escuchados,
y releídos…
Autores:
Carlito77;
silvi.