No estoy triste porque falleciste,
Estoy triste porque tu alma
Cogió un rumbo diferente,
Se perdió en el espejismo de la muerte…
La muerte hoy suspira,
Suspira con desasosiego
Animada pero a la vez desconsolada
De recolectar tantos trofeos: las almas.
Suspiras más largo y emocionada
Porque miles de personas le entregaron su alma,
Una ardua y extenuante labor
Que de pronto te dejará excitada.
Muerte aprovecha tu felicidad
Mientras mi alma se pierde
En el delirio de la desconsolación,
Suspira profundo,
Que pronto llegará mi turno,
Cuando Cristo nuevamente venga
Y te catalogue como un sueño profundo.
Derechos reservados: Iván Enrique Velandia