Canta el arroyo su canción de espuma
y el trinar en la fronda es sinfonía,
la arboleda de brisas se perfuma
con olor a madera y flor del día.
Con reflejos de sol teje la araña
orlando los cabellos del ramaje,
la senda que se engulle la maraña
se pierde en el fantástico paisaje.
La tarde es niña y le susurra al lago
una historia de duendes soñadores,
que ayudados por un antiguo mago
le dan al bosque el brillo y los colores.
(Sobre las hojas que le quita al viento
el viejo Búho escribirá otro cuento)
Derechos reservados por Ruben Maldonado.