Por la ventana ve un relámpago furioso, prolegómeno del trueno ensordecedor. El temporal es fuerte. El cielo brama. Ebria de miedo se acurruca en esa cama que hoy siente enorme, acomodándose en el costado en que dormía él. Sus profusas lágrimas inundan su almohada. Finaliza la pasajera tempestad de verano y un rayo de luna ilumina su rostro. Ebria de recuerdos y congoja el sueño la vence. El sol molesto de la mañana la despierta temprano. Confusa, no recuerda nada. Pero todo vuelve a su mente cuando se sabe sola en esa cama fría. Ebria de dolor tapa con la sábana su cabeza mientras la arrasa un nuevo temporal.