Hogar, este lugar
no lo es.
Es una casa de dementes,
y yo no estoy loco.
Casi no recuerdo nada
de mi pasado,
y estoy aquí encarcelado,
maltratado...y vivo
con un tremendo temor
que en cualquier momento
intenten hacerme desaparecer.
Por las noches casi nada duermo.
Tengo miedo, tanto,
que duermo con los ojos abiertos.
Me dan pastillas para dormir,
pero no puedo hacerlo.
No quiero dormirme,
porque pienso que al hacerlo
he de amanecer sin vida.
Aseguraría que desean matarme.
Nadie viene a visitarme.
Dicen que no tengo familiares.
Ni esposa, ni hijos, ni nietos,
ni ancianos padres...
Estos otros viejos como yo,
me dicen que me encontraron
tirado en la calle,
todo sucio, con olor nauseabundo...
y completamente borracho y enfermo.
No recuerdo el momento
en que me trajeron aquí.
Me tratan como si fuese
un grandísimo demente.
Ellos no se dan cuenta
que son unos inhumanos.
No pueden tratarme así.
¿Qué es esto?
¿Cuál es mi pasado?
No lo recuerdo.
Veo en cada rostro,
pieles arrugadas,
ojos tristes, sin expresión.
Y yo me siento indefenso,
impotente ante tantas exigencias.
No las tolero, ni las soporto.
Quiero irme de aquí.
Estoy esperando el momento
de escaparme.
No deseo estar entre
todos estos seres
que pareciera tuviesen
cien años, y yo tengo...
no recuerdo exactamente...
sesenta y tres,sesenta y cinco...
no lo recuerdo.
Ni siquiera tengo un documento personal.
Me lo han sacado, robado...
¡Quiero mi documento!...
¡Quiero saber mi identidad!...
¡No, no quiero me coloquen
más inyecciones!
¡Ustedes tratan de matarme, asesinos!...
¡Malditos seres, déjenme en paz!...
Algún día estarán en la
misma situación que yo,
y les aseguro que no
les va a agradar...
Déjenme tranquilo,
no permitan que me duerma...
No quiero dormir,
porque tengo miedo
de no despertar jamás, inhumanos...
Derechos reservados de autor (Hugo Emilio Ocanto - 05/03/2014)