Teniendo como preámbulos
la sed de amor, el deseo de encontrarse
de palparse cuerpo con cuerpo.
Él como un león hambriento;
ella una pantera seducida,
en una noche de desenfrenos
bebieron su pasión.
Sacrosanto momento, solos los dos,
el mundo vil que critica lejos quedó.
Abrieron sus pasiones, fuego encendido,
dos cuerpos, un deseo
Dos ansias un reflejo de lo que puede hacer
la pasión
que rompe cadenas, que apresan la emoción.
“No debió ocurrir dijo ella, fue un desliz”
y ¡Quién puede ponerle frenos a un momento de amor?
¿Quién puede reprimirse en ese supremo instante?
¿Quién puede detenerse cuando el cuerpo
ya se lanzó a las brasas a consumir su pasión?
¡Nadie! ,
los dos vivieron ese único momento, solos los dos.