El pintor y el desnudo
Fábula en Poesía
En medio de una sala cerrada veía trabajar a un pintor en un cuerpo desnudo...sentía como acariciaba el alma de esa mujer que en cada pincelada descubría sus misterios, sus ojos se demostraban con un gran sello de amor.
Dialogaba con sus colores en su piel. Extraviado en las sombras del pudor, adornando la belleza con su vista y pensamientos. Me acerqué y pregunté, dime maestro ¿es así como reconoces tu propio arte y respetas el deseo de tu musa avergonzada?
El agachó su cabeza, parecía que sólo le hablaba al pincel y pensaban en seguir buscando los misterios de esa mujer...en cada pincelada hacía nacer sus pechos con suaves y delicados trazos, dándole forma a esa musa que tenía en frente de sus ojos.
Sus manos apretaban el pincel y nacía a un costado de su obra unas flores, eran “Rosas y Jazmines”, le consulté al pintor ¿Por qué las flores, acaso tu conoces sus gustos?...Él no contestaba sólo seguía dando motivo a sus fantasías, igual como el creador ve a sus ángeles.
El pintor con sutileza y pasión, como un hombre enamorado...pintaba sus pezones rosados, sus muslos abiertos con mucha imaginación, una espalada con colores que daban un aire de suavidad, su obra estaba casi terminado y hasta se sentía un aroma de mujer en el lienzo del pintor.
Su vista subió hasta su rostro y pinto sus labios con color rubís, ¡se sentó a un costado! esperando que su tela secara, unos minutos más tarde tomó la maqueta con sus dos mano y beso los labios de esa figura plasmada en su lienzo.
¡No quise hacer más preguntas, ya que mi di cuenta...que el pintor estaba enamorado de su Obra!
Autor: Hernán R. Cornejo Véliz