Buen día, mi vida,
¿cómo has amanecido?
Contenta y feliz.
¡Qué lindo es escucharte
decirme esto!
Que eres feliz.
¿Tengo algo que ver
en tu felicidad?
También yo lo estoy,
muy feliz, después
de nuestra noche
de amor que hemos pasado.
¿Gozaste en todo momento?
También yo.
Dos seres como nosotros,
que hayamos vivido
una noche y parte
de la madrugada así,
a pleno sentir del alma
y nuestros cuerpos,
debemos considerarnos dichosos.
Cada año que pasa,
tengo la sensación
que más te amo.
¿A ti te pasa lo mismo?
Sí, ya sé que sí.
Pero me gusta escucharte
que me lo digas.
Cuanto más me lo dices,
más alegre se pone mi corazón.
Y más fuerza me brindas
para seguir viviendo así,
tan enamorado
como nuestra primera vez.
¿De qué \"vez\" te hablo?
De la que nos conocimos,
unidos a la primera
que tuvimos relación sexual.
Eres un fuego...
y mi leño está
siempre encendido para ti.
Abrázame, fuerte, así...
Te amo tanto...
Derechos reservados de autor ( Hugo Emilio Ocanto - 06/03/2014)