Tengo un ángel a mi lado, una belleza de diosa,
Una mujer tan hermosa mi corazón ha robado;
Y estoy tan enamorado y con tan cruel obsesión,
Que he perdido la razón y día y noche he llorado;
Pero ella nunca me mira, me desdeña con ternura,
Acelera mi locura mientras mi alma delira;
Y aunque yo sé que suspira en deliciosa armonía
Para ella será alegría lo que en mí es ígnea pira;
Y con esta necia vida me refugio en mi rincón,
Y reprimo la pasión con actitud tan fingida
Que todo es senda perdida, un camino sin razón,
Otra amarga decepción, otra trampa sin salida;
Espejismo es el destino, un verdugo es el amor,
Fiel compañero el dolor entre espinoso camino;
Llegaste tarde a mi sino o muy tarde te encontré,
Sin nada me quedaré, sólo esta copa de vino…