Hoy mis manos cobraron vida
y fueron las tuyas
iniciando una larga caricia por mi cuerpo
y fueron tus labios,
voraces, hambrientos
los que al cerrar los ojos atraparon mis senos,
ya por mi cuello, ya por mi boca
tu lengua de fuego trazaba caminos.
Hubo espasmos y gemidos
y tu nombre en oración…
repetido…
repetido.
Hoy mis manos
audaces palomas sin nido,
acariciaron mi cuerpo
hasta el infinito,
mas allá de la piel,
hasta donde los sueños cobran vida.