Tenía profundas ojeras
Arrugadas, moradas y oscuras
Cachetes secos
Y desmaquillados
Brazos flacos
Y desnutridos
Adornados
De inútil crucifijos
Su desproporcionada figura
Estaba marcada por una perceptible torcedura
Efecto del desenfrenado maltrato
Furiosamente auto infligido en su llanto
La virgen cinco décadas sumisamente se entregaba
Oh, violentamente se consignaba
Por sus tradiciones y rituales su existir daba
Ay, su vida ignorantemente desgastaba
A una fe ciega a la que ella, por sus ancestros, apegada estaba.
Años pasaban,
Años llegaban
Y las flores de la virgen poco a poco marchitaban
Setenta y siete tenía
Recostada en su cama lentamente se extinguía
Con su frente manchada de grises cenizas
Su último destello emitía
Y finalmente de su malgastada vida se despedía
Así, con pan, vino y su última cuaresma
En el banco de la iglesia
Su corazón de latir ceso
Oh. Y desgraciadamente la vida mal vivió...
Pues la virgen, virgen se quedo.