Fue quizá con el fin de proteger,
que aldeanos de un poblado escondido
con acero que sacaron de la tierra,
concibieron un penoso hijo.
Con la esencia de una rosa arrancada,
y el fruto de un huerto, bien crecido,
consiguieron usando \"esa\" palabra,
que el morboso, se alzara del piso.
Abriendo los altos ojos hacia el hombre,
aquel Golem intentábase expresar,
pero fue por ese error del que habló Borges,
que el perverso, no podía hablar.
Condenado a lo más lejos del olvido,
en el pueblo el pesado deambulaba,
y se vio con los años y las horas,
encerrado en la ciudad arcana.
No fue hasta que un inocente hijo,
vio al Golem con los ojos de la prosa
con que crearon al perverso los aldeanos,
y que hicieron con la esencia de una rosa.
Esa escena pese al hierro que dio fuerza,
fue con magia lo que le dio vida,
pero fue por un error en la dicción,
que no pudo éste decir lo que sentía.
Y pasaron de su mano con las prosas...
las parcelas del tiempo y sus arcanos,
y aquel Golem perduró junto a las rosas,
con el fin, de cuidar, a los aldeanos.