Con toda mi franqueza,
te agradezco estés conmigo.
Sabes que te necesito.
Y presente estás.
¡Cómo no he de agradecerte
tu comprensión y tu presencia!
Todos ante la soledad,
la que nunca está ausente,
necesitamos de algún
ser viviente que nos acompañe,
y al sentirme así, acompañado,
mi alma goza de satisfacción,
y mi espiritualidad se acrecienta.
Me hace creer, ante la evidencia,
que ALGUIEN está junto a mí.
Tú, y tú, y tú...
Gracias.
Derechos reservados de autor ( Hugo Emilio Ocanto - 07/03/2014)