Parado solo en la nada, sofocado por los pensamientos propios, luchando contra el recuerdo que siempre es más brillante que lo que viene. Solo como naci como he de morir, enfrentando mis demonios buscando la salida a tientas de este laberinto obscuro que ha resultado mi vida. Me doy por vencido me entrego a dios o a el diablo, a quien quiera que causa este inconmensurable dolor. No pido solución divina ni redención espiritual pido una solución cualquiera. Pero sé que estoy solo, gritándole al cielo, llorando encarnadamente por mis sueños perdidos, llamándolos a alaridos, rogando por mi poca decencia. La verdad es que después de tantos gritos, después de tanto llanto, mis problemas seguirán del otro lado del espejo, mi vida no habrá cambiado seguiré estando solo