¿Acaso en tu ventana también está lloviendo
mientras yo sigo viviendo en esta oscuridad?
no encuentro la verdad y aunque sigo insistiendo
cada día más lejana se oculta sin piedad.
Subido en mi atalaya en este atardecer
en escarpados montes de mi inquietud subido
no se lo que he vivido, si volverá a llover,
o si deja de llover seguir en mi camino.
Y volveré a mirarme sumido en esa pena
con los brazos tendidos hacia un anochecer
mientras pueda crecer obviando la condena
y en la quietud serena por fin ya fenecer.