ocsirnaf

En busca de Dios

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Recuerdo que para mi fue un divino sueño...
entre sabanas aterciopeladas del crudo invierno,
de esos sueños que siempre se quieren seguir soñando
cuando suena el despertador de las realidades de la vida.

Recuerdo que una bienaventurada llovizna...
golpeaba los cristales de mi ventana con su toque sutil.
Recuerdo que me quedaba horas mirando entre sus cristales mientras llovía.
Recuerdo que me vi dormir entre la suavidad de las mantas mientras me alejaba.

Esa noche las puertas del firmamento estaban abiertas a la imaginación.
Era una de esas noches eternas de un largo y nostálgico día de invierno.
Crucé los campos de mi tristeza en busca de Dios

y bebí de las fuentes de la reencarnación,
me zambullí entre las aguas de plata donde residen las sirenas de Marte.

Me detuve un instante y vi entre sus aguas rojizas un abismo oscuro lleno de sombras ...
¿ que significado tendría todo esto para alguien tan insignificante como era yo ?
¿ Seria capaz de sobrevivir a tanto misterio que rodeaba la imaginación de mi sueño, ?
¿ a tantos volcanes de recuerdos y a tantos y tantos miedos almacenados en mi mente ?

Me asuste mucho mientras cruzaba los eternos bosques del sufrimiento;
Un cementerio con una pareja de recién enterrados que lloraban su muerte,
Una nube oscura que vagaba solitaria, enfangaba el paisaje con su lluvia.
Lucifer quemaba almas en el solsticio del invierno mientras ardía la nieve.

Me perdí entre la inmensa luz oscura de mis pozos de lamentos
para por fin llegar a los gloriosos valles de las altas nubes de caramelo.
Recuerdo que sentí el poder del amor entre todos los vientos del cielo.

Sentí su voz dulce de porcelana china y el aroma divino de la felicidad eterna.
La sentí en un mar de rosas recién cortadas muy cerquita de una estrella,
La sentí en cada rayo de sol luminoso que nos ofrecía la dulce mañana,
La sentí en la fragancia de la brisa que tímidamente acariciaba mi cara.

De repente había colores en el viento y palomas blancas entre las nubes.
Unos ángeles estaban escribiendo poemas de luz en el lago de las hadas
Cupido disparaba flechas de flores a través de un arco iris de incienso.

Y por fin mi corazón salto de repente al cruzar un charco de cristal oscuro
Ahí estaba el rey de todas las cosas sentado en su trono de marfil brillante 
El era ese ser divino que solo vivía en los sueños de los que tienen fe
El había encendido una lámpara para mi en mi triste habitación oscura.

Desde ese día una paloma blanca se posa en mi ventana cuando abro los ojos a la mañana.
Desde ese día veo a mi rey en el rocío de cada rosa recién cortada al oler su perfume.
Lo veo en el silencio del anochecer al acostarme y en la brisa del mar de las tardes de verano.

Desde ese día alguien me besa la nariz cuando se apagan las luces en la soledad de mi cuarto.
Desde ese día creo que lo veo entre la belleza y en la sencillez que tienen todas las cosas.
Y aunque creo que solo a sido un sueño, se que el siempre está conmigo en todas partes.

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