Los lirios de sus manos
atesoró mi rostro,
para cuando su ausencia
se prolongara tanto
y no tuviera rastros, de ella, en mi recuerdo.
Vivo con la memoria de mi piel,
hojas cargadas de caricias,
inéditos poemas que solo yo conozco.
Sus surcos fueron ríos
algodones sus yemas
y su humedad perfume que se impregno en mi cara
¿Sus uñas?
las espadas que contienen la historia
cargadas de batallas,
de amor,
de nuestras horas