Desde lo más profundo de mi alma,
mis palabras brotan.
Se expanden,
sílaba a sílaba,
que se transforman en palabras.
Que tú lees... y a veces escuchas.
Pero...¿dónde están tus sentimientos?
¿Realmente los tienes?
Entonces, hacia mí están muertos.
Porque no los recibo,
no los capto,
están...ausentes.
Últimamente tu presencia,
tus llamados, tus palabras
están...¿dónde?
No las leo, no te veo, no te escucho.
De ti, NADA.
De mí, hacia ti, TODO.
Pero no vayas a pensar,
ni siquiera remotamente,
que estoy triste,
apenado o amargado.
No, ya no.
Todas mis amarguras,
ya no existen.
Ni yo mismo puedo creerlo.
Tú eres una insensible,
y convertiste a mi alma
en gemela de la tuya.
Antes tuvieron similitud
de profundos sentimientos.
Los tuyos ya no existen.
Mis palabras, brotan, sí,
y las que ahora
estoy expresando,
también son sinceras.
Miro a este desdichado mundo,
en una distinta forma.
¡Para qué ser tan realista
con los sentimientos del alma!
Si todo es vanidad,
incomprensión, ruindad,
maldad, egoísmo...
Derechos reservados de autor(Hugo Emilio Ocanto - 08/03/2014)