No te vayas aún que la noche es temprana,
no me dejes bordando de ti, mis añoranzas.
Acaricia mis ansias con tus manos de brisas,
besa mis soledades con tus labios de fuego.
Quédate en mis pupilas pero no seas lágrima.
Quédate en mi sonrisa que tú, la iluminas.
Quédate en las caricias que te ofrecen mis manos.
Quédate amado mío en mis horas vacías
Llénalas a tu manera, como sabes hacerlo…
Y luego, si te quedas...
Satúrame de amor, de caricias de besos.