He visto poblarse el cielo
de tormentas y soledades
y con tu luz de lucero
dibujar en él beldades.
De imposibilidad prostituidos
a veces nos aquejamos
y llegas a salvar los tuyos
del desamor y el quebranto
Entre salones del vicio
he visto al bravo posarse
y una mujer levantarse
como un rayo en el bullicio
La luz tenue que llevamos
en el alma todos juntos
no es clara como la tuya
que nos ilumina el mundo
Madre de savia y profeta
sientes el deber endeble
porque siempre vas coqueta
al deber y los quehaceres
A veces no es bueno el trato
que te profieren los tuyos
vienes a sufrir a ratos
y a darnos vida sin luto
De la queja todos acusan
a una mujer indefensa
no sabemos refrendar
que somos causa de ofensa
Líbranos nuestro Dios Padre
de tu carencia mujer
El te dio vida del hombre
y te hizo un divino ser.